Amor en estado puro en Glenfinnan

via

No se que tienen las bodas escocesas que me encantan...bueno sí que me encanta Escocia siempre hay un velo de magia que las envuelve. En este caso el paraje es precioso (os lo digo con conocimiento de causa, es un sitio impactactante), hoy os invito a viajar hasta Glenfinnan en el corazón de las Highlands a orillas del Lago Shiel.

Como decoración... la propia naturaleza no hay paleta de colores mejor ocres, amarillos y verdes. Como accesorios indispensables, paraguas y botas de agua la boda fue en el mes de noviembre.

Helen y Bob eligieron un lugar perfecto para casarse, entre montañas a orillas de un lago en plena naturaleza, a lo que tengo que añadir que fueron verdaderamente valientes al escoger una boda al aire libre en Escocia y en el mes de noviembre, según comenta Helen, se pasaron los días precios al día "B" viendo la previsión del tiempo. Por lo que recomendaron a todos sus invitados llevar chaquetas, botas de agua y paraguas y sobre todo mucho sentido del humor.

El ramo de la novia llevaba un ramo de otoño preciosos, donde los tonos blancos y morados entrecalados con tonos morados y verdes del eucaliptus. Y como no en el ramillete que lucía Bob no podía falta el cardo, simbolo de Escocia.

El vestido de la novia de Ian Stuart y por lo que la novia comenta, fue un amor a primera vista, el primer vestido que se prueba y que sea adapta a ella como un guante. Los zapatos, son una botas de nieve, aunque también tenia unos bonitos zapatos blancos para la noche que nunca llegó a estrenar, bailó toda la noche descalza.

El chal que Helen lució durante la ceremonia, era otro guiño a invierno escocés, hecho a medida para ella en un color gris plomizo como el cielo otoñal en lana de oveja.

Los novios hablan maravillas sobre sus fotógrafos, Craig y Eva Sanders , les ayudaron en todo lo referente a la organización de la boda, los conocieron en la boda de unos amigos, por lo que pudieron saber de buena mano como trabajan y que resultados se obtiene. Como la boda era en noviembre y por la tarde, a esas horas no hay suficiente luz para hacer un perfecto reportaje, así que decidieron quedar con los novios antes de la ceremonia para aprovechar las horas de luz, Helen y Bob, eran bastante reacios a verse antes pero una vez decidido no se arrepienten ya que tal y como comenta la novia, fue muy emotivo porque tuvieron su momento pero a solas con el simple sonido del clik de fondo. Miles de anécdotas en el reportaje y con cuidado de no estropear ni vestido, peinado ni maquillaje para llegar a la ceremonia perfecta.

Una de las grandes e inmejorables imágenes de la boda, es el arco iris que enmarco la ceremonia después de un fugaz chubasco, sacrificio que a mi entender después de ver las imágenes merece la pena aguantar. (Ahora me entendéis a lo que me refiero con un halo de magia ¿verdad?)

La celebración fue en un restaurante de la zona llamado Ben Nevis Inn, donde los novios solían reunirse a tomar una copa durante su noviazgo, eligieron este lugar por su estilo rústico y su buena comida. No es un sitio donde suelen hacerse bodas pero el resultado fue perfecto. Como plato principal se sirvio una cazuela de venado y de postre un deliciosa tarta de queso de la isla de Mull. Música en directo a cargo de Jim Jam Ceilidh Band. La decoración del lugar era tipicamente invernal, copos de nieve desde el techo y muchas velas en las mesas.